¿Qué es el Autismo?

Los trastornos del espectro autista (TEA) son alteraciones del desarrollo de diversas funciones del sistema nervioso central, que se caracterizan por la presencia de dificultades específicas en las áreas social, comunicativa y cognitiva.

Las características fundamentales del autismo son:

  • Dificultades sociocomunicativas (tanto en la comunicación como en la interacción social)
  • Conductas rígidas y repetitivas.

Las dificultades sociocomunicativas se manifiestan en contextos diferentes y tienen las siguientes características:

  1. Dificultades en la reciprocidad socioemocional: comportamientos que van desde mostrar acercamientos sociales inusuales y problemas en el mantenimiento del ir y venir normal de las conversaciones, pasando por un interés reducido en compartir intereses, emociones y afecto, hasta una falta total de iniciativa en la interacción social.
  2. Déficits en las conductas comunicativas no verbales utilizadas en la interacción social: comportamientos que van desde mostrar dificultades en la comunicación verbal y no verbal, pasando por déficits en el contacto ocular y el lenguaje corporal, y déficits en comprender y hacer uso de la comunicación no verbal, hasta una falta de expresividad emocional o gestual.
  3. Dificultades en el desarrollo y mantenimiento de las relaciones apropiadas para el nivel de desarrollo de la persona: dificultades para encajar en diferentes contextos sociales, dificultades para compartir el juego simbólico, dificultades para hacer amistades y hasta una ausencia aparente de interés en las otras personas.

  1. Algunos ejemplos…
    • Dificultades en la comprensión del significado de las expresiones faciales, gestos comunes o el tono de voz.
    • Ecolalia (repetición de palabras concretas, a menudo dentro del contexto equivocado).
    • Dificultades en la comprensión de juegos de palabras e ironías.
    • Tono de voz inadecuado.
    • Formas poco corrientes de comunicación verbal.
    • Dificultades en la diferenciación de los términos “yo” y “tú”.
    • Ausencia de gestos y expresiones faciales.
    • Manifestación de una comprensión literal del lenguaje, por ejemplo, con el uso de dichos populares: “Quien no corre, vuela”.
    • Falta de interés en los otros.
    • Actitud lejana, distante y ausente.
    • Actitud solitaria y aislada.
    • Comportamiento social inapropiado o extraño ya que tienen dificultad para expresar sus sentimientos, necesidades y emociones.
    • Falta de habilidades sociales.
    • Dificultades en el establecimiento y mantenimiento de relaciones de amistad.
    • Falta de comprensión sobre lo que es la amistad o sobre lo que son los desconocidos.

Estas características dificultan la adaptación social de las personas que están dentro del espectro autista, ya que nunca “acaban de encajar” socialmente.

Por lo que respecta a las conductas rígidas y repetitivas, cabe destacar las siguientes características:

  • Conductas verbales, motoras o de uso de objetos de forma estereotipada o repetitiva: movimientos del cuerpo estereotipados como aleteo, ecolalias (repetición de palabras, a menudo en el contexto equivocado), uso repetitivo de objetos con o sin una funcionalidad concreta y frases peculiares.
  • Adherencia excesiva a rutinas, rituales o resistencia excesiva a los cambios: rituales motores como tocar siempre el mismo objeto antes de hacer alguna cosa, insistencia en comer siempre lo mismo o seguir siempre el mismo camino para ir a un lugar específico, preguntas repetitivas o malestar extremo frente a pequeños cambios.
  • Intereses restringidos, intereses obsesivos que son anormales por su intensidad o el tipo de contenido: inclinación o preocupación excesivas por objetos inusuales, intereses muy perseverantes.
  • Hiper o hipo reactividad a la información sensorial del entorno: indiferencia aparente al dolor/calor/frío, respuesta aversiva a sonidos o texturas específicas, oler o tocar objetos en exceso, fascinación por las luces u objetos que giran, necesidad extrema de apoyarse en las superficies duras o de abrazar con fuerza excesiva.

Con la nueva clasificación del DSM5, el autismo pasa a denominarse trastornos del espectro autista (TEA), reconociendo, de esta manera, la gran variabilidad sintomatológica que existe.

En lo referente a la prevalencia, cabe decir que hace treinta años, el autismo era poco común (4 de cada 10000). En la actualidad, es un trastorno muy común: estudios consensuados internacionalmente hablan de una prevalencia de un caso de TEA por cada 100 personas.

Asperger o No Asperger

La nueva propuesta de clasificación del autismo del DSM5 respecto al DSM-IV ha supuesto un cambio importante a la hora de entender este trastorno y también ha tenido implicaciones para los profesionales y para las familias con niños y niñas con autismo. Para algunos ha resultado un cambio positivo, para otros, negativo:

Cabe destacar, en primer lugar, los factores positivos de la nueva nomenclatura. El cambio de categorización ha supuesto la consideración de los trastornos autistas dentro de un espectro, hecho que conlleva un cambio de concepción: pasamos de categorías diagnósticas a la consideración del TEA como un continuo dimensional. Esta concepción dimensional pone de manifiesto la dificultad de establecer límites precisos dentro de los TEA. El cambio a una organización por dimensiones conlleva importantes implicaciones en referencia al diagnóstico de las personas con TEA: elimina los problemas de diagnóstico categorial (diferencias diagnósticas entre profesionales, cambios diagnósticos con el desarrollo del niño, sobre-diagnóstico de algunas categorías) y se simplifica el diagnóstico de autismo. Además, a priori, también tiene repercusiones positivas en cuanto a la validez del diagnóstico ya que la fiabilidad se favorece.

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Aspectos biomédicos sobre el autismo:

Las personas con autismo, derechos y necesidades: